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Arquitectos: Arquitect@s del Maule
- Área: 6 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Daniela Galdames, Camilo Garrido
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Proveedores: Volcan, El Volcan
Descripción enviada por el equipo del proyecto. No hay piezas diseñadas, solo elementos que se toman prestados para armar algo “nuevo”, literalmente se apilan unos sobre otros y se amarran. Las imágenes del proyecto son la representación paranoica de nuestras intenciones, queremos llegar a un proyecto que se materializa solo con una serie de acciones.
“Cuando tenía veintiún años, fui un día a comer a casa de mi amigo Roussy de Sales en compañía del arquitecto masoquista y protestante Le Corbusier, que, como todo el mundo sabe, es el inventor de la arquitectura de autopunición. Le Corbusier me preguntó si tenía ideas sobre el futuro de su arte. Y sí, las tenía. Por otra parte yo tengo ideas para todo. Le contesté que la arquitectura sería “blanda y peluda” y afirmé categóricamente que el último gran genio de la arquitectura se llamaba Gaudí, cuyo nombre, en catalán, significa “gozar”, así como Dalí quiere decir “deseo”. Le expliqué que el goce y el deseo son propios del catolicismo y del gótico mediterráneo, reinventados y llevados al paroxismo por Gaudí. Mientras me escuchaba, Le Corbusier parecía tragar sapos y culebras…”
Salvador Dalí
El material se utilizará en estado original sin intervenir ni modificar, trabajar con las características, restricciones y condiciones que el mismo material entrega. Se podrán reutilizar todos los materiales necesarios para la obra. No existirá estructura supletoria ni portante, la estructura y la arquitectura serán lo mismo, por acumulación. No habrá construcción, solo armado de piezas a partir de la modulación existente, una base de VolcanBoard Entrepiso® sobrepuestos sobre pallets, un cuerpo de Sonoglass Cine® apilado y un remate a modo de cubierta de con Durafront® color natural de la base.
No hay piezas diseñadas solo elementos que se tomas prestados para armar algo “nuevo”, se acumulan, literalmente unos sobre otros y se amarran, las imágenes del proyecto son la representación paranoica de nuestras intenciones, queremos llegar a un proyecto que se materialice a penas con una serie de instrucciones. Estaremos en medio de la fiesta y nos aislaremos literalmente al interior de la fotocabina, en un espacio de intimidad simulada en la que tendremos unos segundos para hacer una propuesta frente a la cámara; el insumo será una postal que incluye varias fotografías armando un collage, no sólo captura las muecas, sino también una parte del tiempo transcurrido y el espacio intervenido por quienes se fotografíen. Hay una tradición académica de armar un pequeño cubo con materia, aquí hemos querido hacer lo mismo pero a escala 1:1.